Investigacion

¿Es posible un análisis en la modalidad online?

Para algunos analistas no fue una novedad recurrir a la atención online o telefónica para continuar trabajando en épocas de pandemia; lo que sin duda es nuevo es su uso generalizado. Hoy es un hecho que los análisis continúan, o se inician por esta vía, constatamos sus efectos.

Se instaló un debate en nuestra comunidad: ¿es posible un análisis en la modalidad online? Debate que excede el contexto de pandemia si consideramos, por ejemplo, el ritmo acelerado con que la tecnología favorece el aislamiento en el hogar. ¿Qué lugar toma hoy el psicoanálisis en el mercado global? Si bien hará falta tiempo para arribar a conclusiones, queremos enfatizar el interés de sostener una investigación rigurosa y no aceptar o rechazar la nueva modalidad solo por motivos de gusto o comodidad. ¿Llegó para quedarse? Pongámonos en el banquillo y demos nuestras razones.

Repetimos que “no es lo mismo” atender en forma online o presencial, pero ¿tenemos claro en que radica ese “lo mismo”? Las preguntas son múltiples y variadas, notamos que, en su mayoría, giran en torno a la presencia del analista, y al cuerpo.

¿Podemos hablar de presencia del analista en la modalidad online? La presencia del analista es una manifestación del inconsciente (1) en la experiencia que hace de él el analizante, causado por el acto analítico. No coincide con la realidad empírica, observable, del analista en el consultorio.

El analista ocupa el lugar del semblante en el discurso, único lugar desde donde se puede abordar el goce (2). Lacan agrega que “Ni siquiera somos semblante. Somos en ocasiones lo que puede ocupar su lugar y hacer reinar desde ahí el objeto a” (3). Desde esta perspectiva podríamos sostener que, el analista, puede hacer semblante desde cualquier dispositivo tecnológico que le permita escuchar y hablar. Tenemos allí en juego un objeto privilegiado: la voz.

Claro que no solo la voz participa de los análisis en el consultorio, donde podemos retirar nuestro cuerpo de la mirada del paciente sentándonos detrás del diván. Algo del cuerpo se pierde en la modalidad online: un roce, una mirada, un tropiezo, la respiración. El encuentro con esos restos del cuerpo, sin duda, contingente ¿tiene una función en un análisis distinto de otras contingencias? Porque también las hay en la modalidad virtual, y de ellas se sirve la interpretación. ¿Cuál es el punto, entonces, que queremos interrogar de la presencia y del cuerpo del analista? Comenté, en el Seminario Clínica con adultos (CPSI), la conocida intervención de Lacan que relata Suzanne Hommel: el roce de la mano en la mejilla interpretado como “geste à peau”. Un participante observó atinadamente, que esa intervención no hubiera sido posible en la

modalidad online. Nunca sabremos si decir “gesto en la piel”, hubiese producido el mismo efecto.

Ya no damos la mano, un beso, no recibimos el dinero en efectivo y perdemos esos detalles a los que tanto valor libidinal le atribuimos: dejó el dinero sobre el escritorio, lo dio en mano, se fue sin pagar, etc. Una colega que comenzó a atender nuevamente en forma presencial, lamentó que algunos de sus pacientes no le pagaban en efectivo como antes; nos preguntarnos si deberían hacerlo, ¿acaso la transferencia bancaria “limpia de goce” el pago? ¿Hasta qué punto no ritualizamos el acto fuera de toda orientación? Acerca del acto psicoanalítico Lacan afirma: “En la ética que se inaugura con el acto psicoanalítico, (…), por haber partido del acto, (…), la lógica comanda, y es seguro ya que encontramos allí sus paradojas. A menos que, seguro también, se le añadan tipos, normas, como meros remedios. El acto analítico, para mantener su zigzag propio, no ha de comprometerse con eso.” (4)

Si el psicoanálisis en tanto praxis, podrá incluir la modalidad online para que lo simbólico alcance lo real; si será esta una vía posible para que el acto analítico permita conducir al analizante a verificar y transformar su relación con el resto de goce incluido en su síntoma, son preguntas cuyas respuestas tal vez no se puedan generalizar. Reparemos en esta afirmación de Lacan: “… este fin que designo como la captura del analista en la oquedad del a, constituye precisamente lo ininterpretable. Para decirlo todo, lo ininterpretable en el análisis es la presencia del analista” (5). Se tratará de precisar en cada caso qué es la presencia del analista, y qué soporta o encarna lo irreductible.

Lo paradójico, como en todo acto, es que solo luego de acontecido podremos dar cuenta de él. Hará falta tiempo, mientras tanto, apostemos.

____________________________________________________

  1. Seminario 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, (p. 131)
  2. Seminario 20 “Aun”, (p. 113)
  3. Seminario 20 “Aun”, (p. 115)
  4. El acto psicoanalítico”, en Otros escritos, (p.400/1)
  5. Seminario 16 “De un Otro al otro”, (p. 317)

Mariana Gavotti